martes, 1 de marzo de 2011

GERARDO DEL VILLAR ALIMENTANDO TIBURONES TORO

PROYECTO TIBURON
GERARDO DEL VILLAR ALIMENTANDO TIBURONES TORO


Dar de comer de mi mano a Tiburones Toro  a sido una de la experiencias mas impresionantes y apasionantes en mi vida.

Como parte de mi Proyecto Tiburón fui a Playa del Carmen, Q. Roo a conseguir mas fotografías de los Tiburones Toro, (Carcharhinus leucas) especie que ya había fotografiado con anterioridad.

Al estar en Playa del Carmen, después de varios días de estar filmando y fotografiando tiburones, se me presento la oportunidad de alimentar a los tiburones toro dándoles de comer con mi propia mano, al principio se me hizo una idea un tanto loca y lo dude por un momento, pero gracias al curso que tome hace unos años en la Bahamas para alimentar tiburones grises de arrecife me sentí confidente y decidí dar el paso. A parte de este curso para alimentar tiburones, también me sirvió mucho la experiencia que he adquirido a lo largo de los últimos años en los que he buceado con diferentes especies de tiburones consideradas agresivas, lo cual me ha ayudado a comprender y leer mejor su lenguaje corporal.


Una ves que decidí hacerlo, comenzamos con la preparación, primero una explicación de cómo seria el buceo ya que aparte de mi y los expertos materia Jorge Loria y Carlos Estrabeau de Phantom Divers, había fotógrafos y algunos buzos aficionados que querían presentar el espectáculo. Durante la platica se nos explicaba a todos los buzos como teníamos que comportarnos al estar interactuando con los escualos durante todo el tiempo que estaríamos bajo el agua con ellos  con la finalidad de hacer un buceo seguro.



Una vez terminada la explicación comencé a colocarme el pesado traje de malla, el cual sirve para protegerme en caso de que algún tiburón me llegara a morder, al ir poniéndomelo me sentía como caballero de la edad media listo para ir a combatir en las Cruzadas. Ya con todo el equipo nos preparamos para entrar al agua y la cuenta de tres nos sumergidos en el azul del mar y comenzamos a descender. Camino hacia el fondo lo primero que nos encontramos fueron las impresionantes y robustas siluetas de los tiburones toro, que contrastaban con el claro color de la arena.

Una ves en el  fondo nos colocamos en posición, de un lado los dos buzos  que íbamos a dar de comer a los tiburones y sobre nuestro lado derecho los fotógrafos y buzos aficionados que se sostenían de una cuerda que se encontraba en el fondo, la cual servia para que la corriente no se los llevara del sitio.



Los tiburones comenzaron a darnos vueltas ordenadamente, uno tras otro seguían un orden esperando su turno para comer. Comenzamos a sacar los pedazos de carnada de un compartimiento diseñado especialmente para no dejar salir la sangre de los peces muertos, evitando con esto que se diera un frenesí alimenticio. Con la carnada en la mano derecha se la poníamos enfrente del tiburón que iba pasando y este lo seguía mientras estirábamos el brazo haciendo un movimiento como el que hace un torero al torear un toro, desplazando a el tiburón alrededor de nuestro cuerpo y soltando el pedazo de pescado en cuanto el tiburón abría su poderosa mandíbula buscado su recompensa, misma que al cerrarse a escasos centímetros de mi cabeza hacían un sonido como cuando se rompe una tabla, lo cual me recordaba el poder de estos animales. En algunas ocasiones los tiburones nos golpeaban con el morro (nariz) en el cuerpo con la finalidad de averiguar  si éramos o no comida.



Estos 25 minutos de buceo han sido los mas impresionantes y apasionantes de mi vida, los cuales me ayudaron a comprobar una ves mas que los tiburones son depredadores incomprendidos, que nos son maquinas de matar como todo mundo piensa y los mas importante de todo “que cada quien tenemos que hacer lo que este en nuestras manos para proteger a los tiburones”.


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1 comentario:

  1. siempre es bueno contar con gente como tu alrededor nuestro Gerard!
    Gracias por visitarnos y nos estaremos viendo pronto !!

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